El género
Curso Gratuito Español
Índice
- Morfología
- Flexión
- Derivación
- Prefijos
- Sufijos
- Sufijos y sufijoides del español de origen griego
- Sufijos y sufijoides de origen latino
- Sufijos de origen germánico
- Parasíntesis
- Composición
- Creación de palabras
- Sustantivo
- El género
- El número
- Las reglas de pluralización
- Artículos definidos
- Demostrativos
- Posesivos
- Numerales
- Indefinidos
- Interrogativos y exclamativos
- Pronombre
- Clases de pronombres
- Cuadro de usos de los pronombres personales
- Adjetivo
- Apócope
- Grado
- Sustantivación
- Sustantivación
- Verbo
- Modos Verbales
- Desinencias de la conjugación regular
- Conjugación regular
- Conjugación perifrástica
- Lista de perífrasis verbales del español
- Verbos irregulares
- Adverbio
- Conjunción
- Preposición
El sustantivo forma el masculino con el morfema -o y más raramente -e ("héroe") y el femenino con el morfema -a, y algunas veces con los morfemas -triz, -esa, -isa o -ina (actor, actriz; abad, abadesa; poeta, poetisa; héroe, heroína). Hay excepciones, como mano, dinamo y seo que son femeninos aunque acaben en -o; inversamente, algunos nombres acabados en -a no son de género femenino, sino masculino, como el día o el mapa, sobre todo los acabados en el sufijo griego -ma: fantasma, estigma, magma, apotegma, etc., aunque en la lengua clásica del Siglo de Oro su género era vacilante. Por otra parte, cierto número de profesiones acabadas en el sufijo -ista dan lugar a ambigüedad, por lo que se les suele agregar el artículo la para deshacerla cuando se trata de femeninos: la especialista, la electricista. También son de notar las palabras cuyo género es ambiguo y vacilante, como mar o dote, si bien el uso las va decantando hacia uno u otro género: mar en uso culto es masculino, como en la denominación topográfica Mar Negro, mientras que en el resto de los casos es femenino, y dote ha quedado casi como femenino; otras son de género epiceno, porque su género no es relevante para indicar su sexo, casi siempre nombres de animales: la perdiz, el milano, el elefante, la jirafa, la liebre, el águila, la cabra... A esta clase de nombres se les suele agregar, para distinguir su sexo, la palabra macho si son masculinos o hembra si son femeninos. También hay sustantivos con femenino irregular o léxico, llamados heterónimos: el hombre / la mujer; el caballo / la yegua; el yerno / la nuera; el carnero / la oveja; el padre, la madre; el toro / la vaca; macho / hembra; marido / mujer; padrino / madrina; caballero / dama; el jinete / la amazona. Algunas palabras cambian de significado si cambian de género: el mañana / la mañana; el vocal / la vocal; el clave / la clave; el trompeta / la trompeta; el corte / la corte; el cámara / la cámara; el capital / la capital; el cólera / la cólera; el cometa / la cometa; / el cura / la cura; el frente / la frente; el espada / la espada; el guardia / la guardia; el guía / la guía; el orden / la orden; el ordenanza / la ordenanza; el coral / la coral; el parte / la parte; el pendiente / la pendiente; el pez / la pez; la radio / el radio. Son femeninos los nombres terminados en -dad, -tad, -ción, -sión, -xión, -tud, -ies, -icie, -umbre, -sis, -ez y –triz, como la verdad, la libertad, la calvicie, la infección, la tesis, la vejez, la actriz, la cantidad, la amistad, la televisión, la lentitud, la mies, la superficie, la pesadumbre; hay excepciones, como el análisis, el énfasis y el juez. Por otra parte, la variación de género confiere algunos matices semánticos: los femeninos son habitualmente objetos más grandes (anillo / anilla, cubo / cuba), o se prefiere hacerlos objetos o cosas (el cosechador / la cosechadora; el impresor / la impresora), o se les da un valor despectivo: zorro / zorra; también se han notado diferencias sobre el valor colectivo del femenino en algunas oposiciones (leño /leña), y se ha apreciado que los femeninos indican en su mayoría, aunque no en todos los casos, fruto, y, los masculinos, el árbol correspondiente: manzana / manzano; pera / peral... Las normas para distinguir o transformar el género de los sustantivos son:
- Si el nombre en masculino termina con -o, en femenino termina con el morfema de género -a.
- Los sustantivos que en masculino no llevan el morfema de género o terminan en consonante, el femenino se forma añadiendo el morfema –a, por ejemplo: profesor - profesora, león – leona, escultor - escultora.
- Los números cardinales son masculinos.
- Los sustantivos que terminan en -esa, -isa, -ina o –triz son femeninos, cuyos nombres masculinos no poseen morfema de género masculino. Por ejemplo de príncipe - princesa, poeta - poetisa, héroe - heroína, emperador – emperatriz, gallo – gallina, actor – actriz, conde - condesa.
- Heterónimos. El masculino y el femenino son palabras distintas, por ejemplo hombre - mujer, toro - vaca, caballo - yegua, padre - madre, yerno - nuera.
- Sustantivos que tienen una forma invariable para el masculino y el femenino. El artículo y el modificador indican el género: el - la artista, el - la astronauta, el - la atleta, el - la ciclista, el - la guía, el - la estudiante, el - la intérprete, el - la modelo, el - la periodista, el - la testigo, el - la turista, el - la pianista.
- Sustantivos que se refieren a profesiones tienen diferentes formas: el abogado/la abogada, el doctor/la doctora, el ingeniero/la ingeniera, el jefe/la jefa, el secretario/la secretaria, el traductor/la traductora, el presidente/la presidente, el chico/la chica. El grado de aceptación que tienen estas palabras entre los hablantes depende, muchas veces, de diferencias dialectales que son las diferencias de frecuencia de uso en determinadas regiones.
- Sustantivos que cambian de significado dependiendo del género, por ejemplo: el capital - la capital, el cometa - la cometa, el corte - la corte, el cura - la cura, el frente - la frente, el orden - la orden, el Papa - la papa.
- Sustantivos cuyo género es ambiguo: el azúcar - la azúcar, el mar - la mar, el calor - la calor, el margen - la margen. Se debe también, en muchos casos, a diferencias dialectales.
- Sustantivos de ambos sexos. Por norma general, cuando hay un solo elemento masculino, sin importar cuántos femeninos haya, el conjunto se considera gramaticalmente masculino.
- Epicenos. Los nombres de animales que no tienen palabras diferenciadas se refieren a los dos sexos: hormiga, liebre, lagarto.